viernes, 13 de noviembre de 2009

Deriva







Empecé mi recorrido sin rumbo fijo, desde las 5:30 pm de hoy viernes, luego de que mi profesor de entorno, me dejara salir antes de clase. Me sentí con ganas de caminar por la ibero sin un objetivo específico, sino esperar a que fueran las 6:00pm para irme en el camión.



Salí de mi salón (A107) y bajé la escaleras, luego me dieron ganas de caminar hacia la terraza en medio de las jardineras, caminaba hacia donde me llamara la atención e iba observando detenidamente a los pocos alumnos que pasaban; se notaba que era viernes por la tarde y además puente, porque había muy poca gente en la universidad y experimenté un sentimiento de soledad, porque no veía gente y la poca que veía parecía caminar apresurada, sin fijarse ni interesarse por lo que pasaba a su alrededor. Me dí cuenta de que la mayoría de las veces yo camino sin percatarme sobre lo que pasa, sin interes alguno por observar y no sólo ver lo que me rodea.



Después caminé hacia donde salen los camiones y miré detenidamente los lobos que se encuentran en una jardinera, simpre los había visto ràpidamente y hoy que tuve oportunidad de contemplarlos mejor, me gustaron mucho. También me fijé en los árboles que están ahí, son altos y pude sentir más viento y frío que el que se siente en otras partes de la ibero. También me quedé un rato sentada en una banca para observar y ya que no había gente en ese lugar a esa hora pude escuchar el sonido de los carros que pasan por ahí, mientras sentía el viento y una sensación de paz y placer por poder estar unos minutos a solas, diferente a lo que sentí mientras caminaba sola por otras partes de la ibero y veía algunas personas en movimiento.



Luego camine hacia el trébol y seguí derecho hasta la salida de la ibero, me dieron ganas de salir a caminar afuera de la universidad, sin alejarme mucho, chequé la hora y al ver que todavía tenía como 20 minutos antes de que saliera el camión, decidí arriesgrame y cruzar la calle enfrente de la ibero. Mientras cruzaba la calle, vi como la mayoría de los carros iban muy rápido y para a pesar de que ya estaba el alto, los carros no querían detenerse, me enojé un poco, pero luego de cruzar la calle y seguir caminando hacia el parque volví a sentirme bien.



Nunca había caminado hacia alla, pero me llamó mucho la atención ver el parque, que muy pocos árboles y unas cuentas banquetas, sin embargo parece un parque muy simple y poco interesante, poco atractivo. Curiosamente, me dieron muchas ganas de caminar hacia ahí.



Mientras cruzaba el parque, volví a sentir el viento que me pegaba y me encanta sentir el viento, te hace sentir más vivo, en ese momento, nuevamente me alegré de poder caminar sola, pienso que si hubiera estado acompañada, la sensación en ese momento no hubiera sido la misma.



Empecé a observar todo lo que había alrededor del parque y me llamó mucho la atención ver como una especie de grúa cargaba lo que parecían ser tabiques en la parte más alta de un edifcio en construcción, no sé porque me quede mucho tiempo viendo la grúa, me recordó una escena de una película, donde sale la misma grúa cargando láminas en un edificio. Luego ví el cielo, completamente despejado y entre dos edificios se veía como se empezaba a ocultar el sol, la vista entre esos dos edificios también me encantó y me dieron ganas de tomar algo frío, así que fui al seven que esta enfrente del parque y me compré un café embotellado frío. Al entrar al seven vi poca gente y olí el lonchibon que un señor estaba sacando del horno y que acababa de calentar.



Después regresé a la ibero, tratando de seguir observando a pesar de caminar con prisa, noté que los pocos árboles del parque son bajos y es muy fácil alcanzar sus ramas, luego ví un señor en muletas, que caminó muy lentamente delante de mi hasta que terminó el parque.



Crucé la calle y entré la ibero, para tomar por fin mi camión.



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